jueves, 17 de octubre de 2019

Nos faltó.

Hay instantes que debieron ser eternos. Eternos como el resplandor de una estrella, que aunque extinta, por años luz su refulgencia se perpetua. Reuniones, momentos, ocasiones, encuentros que sin ser fortuitos llenaron de fortuna mi existir.

Hay días a los que les faltaron horas, minutos, segundos. Caricias que les faltaron centímetros de piel por recorrer, besos que tuvieron que ser más intensos. Tan intensos como el pensar desenfrenado del que quiere remediar un error, un impace, un desatino; tan intenso como esa devoción a lo que no ves, pero sabes que está.

Hay miradas que tendrían que haberse inmortalizado, cual imagen fija en la mente del artista que pretende reproducirla en el lienzo. Gestos, ademanes, guiños que debieron ser enmarcados en un sitial de honor, único, así como tú.

Nos faltó.

Nos faltó tanto pero tanto, que resulta increíble cómo se sostiene este inmueble de amor. ¿Bases solidas? que el ingeniero universal se encargue de eso; mientras tanto nosotros... pues nosotros nos acomodamos, aprendemos, aguardamos, procurando que este amor en letargo pueda despertar ta fervientemente como aquel primer "te amo".

Nos faltó, si. Pero también nos sobran las ganas, el tiempo, el aguante, el amor.



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